Bariloche. Aumentan las consultas por adolescentes en Salud Mental.-

El jefe del servicio de Salud Mental del hospital, Juan Pablo Rendo, reflexionó sobre los motivos de alarma y la prevención del suicidio en adolescentes.-

Si bien no hay estadísticas a nivel local, según un estudio de Unicef, el suicidio es la segunda causa de muerte entre adolescentes de 15 a 19 años. Además, la tasa se triplicó en los últimos 30 años.
"Es necesario tener en claro que es algo multicausal", aclaró Rendo, y agregó que es algo puntual que está ocurriendo en los últimos 30 años, que también se refleja en consumo sustancias y adicciones. Consideró que esto se debe a la falta de personas o instituciones significativas, dado que el adolescente "es un chico con mucho cambio y a veces no encuentra un lugar o persona de respaldo". Lamentó que esto es un mal de los últimos años, "padres sobrepasados, horarios, incorporación de tecnología que disrumpe la armonía de la familia, los lazos..."
Además, el bulling se considera un factor de riesgo bastante importante en los chicos y el hecho de no alcanzar los más elevados estándares sociales, que se ven incluso más resaltados en las redes sociales, con las frustraciones que eso genera.
Obviamente, sostuvo que a esto se suman los padecimientos mentales que no han sido atendidos o que no reciben un correcto tratamiento. Es importante tener en cuenta que los varones triplican a las mujeres, "son más propensos a tener suicidios consumados que las mujeres, donde se ven más tentativas, o situaciones previas que facilitan encarar un tratamiento y prevenir".
El doctor explicó que "esto viene desde una cuestión social que padecemos porque al varón se lo estimula desde chico a que se tiene que bancar las emociones, tiene que ser fuerte".
Insistió en que ante un cuadro de aislamiento y desesperanza, cuando dice que ya nada le sirve, que no puede mejorar o no se engancha en el colegio ni puede dormir bien, son indicadores de un cuadro depresivo, "uno tiene que prender la alarma y hacer una consulta, jamás minimizar".

Rendo resaltó que "el pensamiento de la muerte es extremadamente frecuente, es común, y ya sea para prevención de suicidio o mejora en la calidad de vida es algo que hay que atender, no se puede dejar pasar". LLamó a romper el tabú de hablar de esto en la familia, hablar de la tristeza, la muerte, consumo de sustancias, "son las cosas que uno tiene que empezar a hablar".

Las adicciones desempeñan dos roles, por un lado el alcohol y otras sustancias son usadas como forma de automedicación, para bajar angustia, paliar la tristeza, la ansiedad, y en algún momento se transforma en un círculo vicioso y empeora los cuadros depresivos y ansiosos que pueden llevar al suicidio; además, el riesgo en las adicciones radica en que durante el consumo se puede generar una situación de impulsivdad donde la ambivalencia no exista, "sea todo impulso sin pasar por razonamiento y se llegue al acto".

"Las patologías de consumo, depresiones, vienen en aumento porque están muy solos, están atravesando una etapa vital solos", lamentó el jefe de salud mental y consideró que "cuando uno habla de suicidio y enfermedad mental, por qué aumentan, a veces pienso en vez de llamar a un psiquiatra si no habría que hablar con un sociólogo, pensar políticas de salud, prevenciones, desde una óptica más social". Enfatizó que "no es un problema exlcusivo de salud mental". Agregó que "obviamente el tratamiento se tiene que aplicar, "pero que se haya triplicado es por cuestiones sociales".
A la hora de la prevención, sostuvo que hay que derribar mitos o falsas creencias, como suponer que "el que avisa no lo hace". Enfatizó que "la mayor cantidad de suicidios consumados dieron aviso previo, o consultaron a un médico por alguna dolencia, hablaron con un familiar o se empezaron a aislar".
Las señales de alarma vann acompañadas de irritabilidad, aislamiento, conductas peligrosas, mayor ingesta de alcohol y consumo de sustancias, retracción y cuando lo comunica se agrava "si el chico recibe por otro lado un no pasa nada".
Enfatizó que si comenta que se va a suicidar, más allá de que pueda consumarlo o no, "está diciendo que la está pasando muy mal, que el grado de tristeza que tiene o el grado de depresión que está manejando está llegando a un punto de extrema gravedad".

Lamentó que hoy la tecnología se cuenta entre los grandes distractores, "cada uno está en su mundo, nadie habla, se ha perdido el diálogo". Sostuvo que "uno cree que con la tecnología uno está conectado pero lo que se fomenta es una cuestión más solitaria, egocéntrica, individualista, no favorece los vínculos entre amigos, grupos de contención y familia, cada vez nos aisla más".

Agregó que "no es lo mismo sentarte a tomar un café que mandar un mensaje, la comunicación no sólo es palabras de whatsapp, sino ver a al cara, estamos perdiendo esa otra manera de comunicarnos. Tenemos 200 grupos de whatsapp, hablamos con 200 personas, pero no sabemos cómo anda el otro, tenemos 300 amigos en facebook pero con cuántos nos tomamos un café, hay más en cantidad pero no hay calidad , en la confianza, poder decirle al otro no me siento bien". Además, en las redes sociales "es todo fantástico, todo con filtros, todo bonito".

Cada vez se ven más adolescentes en Salud Mental, por suicidio, aumento de consumo y cuadros depresivos. Esto fue tomado en cuenta desde el Ministerio de Salud y la dirección del Hospital y se empezó a armar una División Infanto Juvenil "para atajar esta demanda que se viene incrementando"

Se advierte un aumento de consultas, entre los 13 y 14 años, "lo más frecuente por cuadros depresivos, tentativas de suicido y consumo de sustancias". El doctor comentó que se observa falta de imágenes familiares fuertes, paternas o maternas, instituciones que acompañen, "situaciones de cuasi abandono, mucha vulnerabilidad,  es una problemática que viene en aumento a nivel mundial".

Sin embargo, Rendo aclaró que esta problemática "no es algo exclusivo de Argentina sino un fenómeno mundial que se está dando, sujeto a un cambio social de estos años".

*Si usted o algún familiar o allegado está atravesando uan crisis emocional de cualquier tipo, siente que nada tiene sentido o se encuentra atrapado en una situación a la que no le encuentra salida, no dude en llamar al 135 (línea gratuita desde Capital y Gran Buenos Aires) o bien (011) 5275-1135 (desde todo el país). Su llamado es personal, confidencial y anónimo.

Fuente: www.bariloche2000.com